martes, 15 de julio de 2008

Duro de Matar, 20 años después

Se cumple el vigésimo aniversario de la caída y trágica muerte de Hans Gruber desde una ventana del edificio Nakatomi. Se cumplen veinte años de aquella epopeya de John McClane en la que se despachó él solito a todo un grupo de peligrosos terroristas.

Sí, el tiempo ha pasado; Duro de Matar convirtió a Bruce Willis en un héroe de acción. Su personaje se caracterizó por ser de lo más humano dentro del cine belicoso. Sangre, sudor y mugre lo envolvieron en esa cruenta noche de Los Angeles.

En esta nota, el homenaje que se merece este film que marcó un antes y un después en el cine de acción.

Sin dudas, Duro de Matar ha dejado una honda huella. Nunca un héroe de acción había sido ni tan humano, ni tan violento a la vez. Nunca una película de acción había mantenido al espectador tan enchufado y conectado con el personaje principal en su lucha por salvar a su esposa, a los rehenes y encima, sobrevivir.

Bruce Willis es el héroe; un policía de New York que cae por casualidad en Los Angeles y se topa con una toma de rehenes en un edificio ultra-moderno. Bonnie Bedelia es la esposa, Holly Gennaro, cuyo papel es trascendente en esta película. En la segunda parte pierde un poco de protagonismo y en la tercera y cuarta se la extraña mucho. No es para menos, pese a la difícil situación de pareja que lleva John McClane, su esposa es su única razón.

Párrafo aparte para uno de los mejores malos de la historia del cine: Hans Gruber, interpretado por un brillante Alan Rickman. Es genial el segmento en que se cruza con Bruce Willis y se hace pasar por un pobre inocente, para luego cambiar su semblante y apuntarle con un arma.


Como ya comentamos, la película mantiene al público expectante en todo momento. Una vez que la acción empieza, no se detiene. Apenas hay un par de minutos de distensión, cuando John McClane habla vía handy con Al, el policía que lo conversa para aflojar la tensión. Es conmovedor el abrazo final entre los dos hombres, luego de identificarse mutuamente aún sin haberse conocido personalmente.

Hay tiros, hay golpes de puño, hay patadas y hay explosiones. Los disparos salen de pistolas, ametralladoras automáticas y semi automáticas y hasta bazookas. No faltan los vehículos: automóviles, camiones de asalto y helicópteros. Todos los elementos del cine de acción están representados de forma impecable.


Duro de Matar ha dado muchas frases que recordamos cada vez que la vemos y que no podemos evitar decirlas antes que algún personaje hable. Recordemos algunas de ellas.

"En que líos te metes John."
"Me pediste un milagro, yo te doy al FBI."
"Ahora tengo una ametralladora. Ho-Ho-Ho"
"Soy el comisionado Robinson, estoy a cargo de todo"
"Ya no."
"Si así es la Navidad, no me quiero perder el año nuevo."
"¡¡Yipikaye M...!!"

Y podrían ser muchas más. Está claro que Duro de Matar influenció a toda una generación. No por nada tuvo tres secuelas, todas ellas de muy buen nivel. Ya pasaron 20 años de esta genial película de acción y aunque gran parte de nosotros la tenemos en nuestra videoteca, seguramente nos la quedamos viendo cuando la encontramos en la tele incluso ya empezada, y nos enganchamos a verla de la misma forma que la primera vez que la vimos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón y más en tu último párrafo

"seguramente nos la quedamos viendo cuando la encontramos en la tele incluso ya empezada, y nos enganchamos a verla de la misma forma que la primera vez que la vimos."

Saludos desde México
Die Hard AKA Duro de Matar

Anónimo dijo...

Muy buen homenaje a esta esplendida pelicula.... me ha encantado leerlo... guardo el mismo afecto hacia ella que tu ^^


Las imágenes y logos mostradas en este blog son propiedad de sus respectivos autores y/o dueños