Cargo, ciencia ficción desde Suiza

El resultado de este coctel fue una interesante historia de ciencia ficción, que reúne varios de los elementos que estamos acostumbrados a ver en el género, momentos de tensión bien logrados y un dramatismo que mantiene al espectador a la espera de saber quiénes son los buenos y quiénes los malos.
En esta producción se nota la influencia de varios clásicos de la ciencia ficción, e incluso de algunas producciones recientes que han dado que hablar. Esto no quiere decir para nada que sea una copia fiel, por el contrario, los creadores de este filme se han sabido nutrir de los elementos que un fan de este género desea ver. Es por eso que la duda constante sobre quiénes son los buenos, la amenaza permanente de “algo” que acecha en la oscuridad y los resultados de un largo aislamiento son mostrados de una manera muy convincente a la platea.
La protagonista varias veces debe enfrentarse a dilemas. Ella acepta una misión como médica en un carguero espacial para poder estar junto a su hermana y sus sobrinos, en ese paraíso prometido al que llaman RHE. Esto es el puntapié inicial de un viaje que cambiará su vida y la pondrá constantemente en encrucijadas, para exponer su moral y sus sentimientos, al descubrir cosas que hubiera preferido nunca saber.
La película fue dirigida por Ivan Engler y Ralph Etter. En un elenco sin grandes figuras rutilantes, se destacan varias actuaciones sólidas, como la de Anna-Katharina Schwabroh, quien soporta gran parte del peso de la película sobre sus espaldas y sale airosa del reto de ser la heroína del filme. En el rubro de efectos visuales, la película sale bien parada y está a la altura de lo que se espera en el siglo XXI para una película de este género.
En conclusión, creo que es justo decir que Cargo es una película que puede llamar la atención a quienes son amantes de este género, que si bien encontrarán algunos lugares comunes, también podrán disfrutar de una historia que, sin dudas, vale la pena ver.
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