
Se cumplen 15 años del estreno de la taquillera película de dinosaurios de
Steven Spielberg que causó una revolución en el cine desde el punto de vista técnico y que atrajo a los cines a millones de personas con ansias de ver algo jamás antes visto. Los efectos especiales causaron sensación y marcaron un antes y un después, pero detrás de ellos hay una aventura de ciencia ficción donde la acción no se detiene una vez que arranca y que mantiene al espectador entretenido hasta el desenlance.
Con base en la novela de
Michael Crichton y con el mismo autor como guionista,
Spielberg dirigió otra vez de forma magistral y contó con un elenco que se ajustó a lo que el film pedía. Como en todos sus trabajos, recibió el inconmensurable aporte del maestro
John Williams, que en esta ocasión le regaló a los dinosaurios una música que perdurará por siempre. En este artículo, un repaso por este film que marcó la década del 90.
En 1993, los efectos especiales de Hollywood eran ya una maravilla. Bastaba ver como
Schwarzenegger le abría la cabeza con una escopeta al T-1000 de
Terminator 2, interpretado por
Robert Patrick, y luego a este se le volvía a cerrar. Bastaba observar también como el misterioso extraterrestre acuoso de
El Abismo se paseaba por las compuertas de la base submarina y como imitaba el rostro de
Ed Harris y el de
Mary Elizabeth Mastrantonio.
Sin embargo, sin desmerecer a esas producciones, ninguna había emulado por medio de la técnica digital algún ser que conociéramos todos. Nadie había animado un león o un elefante en tres dimensiones, como para poder compararlo con uno de la vida real.
Steven Spielberg, luego de ver los avances técnicos, vio que ya era el momento de hacer algo de eso. En lugar de modelar un animal que todos podemos ver en el zoológico, se le dio por modelar uno que nunca pudimos ver porque se extinguió antes: el dinosaurio.
Jurassic Park es una novela de ciencia ficción de
Michael Crichton de 1990 que
Spielberg junto al mismo autor adaptaron para la pantalla grande. El gran director formó un elenco sin ninguna figura descollante, para no opacar a los verdaderos protagonistas que serían los animales de su parque jurásico. Contó con
Sam Neill en el papel del
Dr. Alan Grant y
Laura Dern como la
Dra. Ellie Sattler. Para el rol de
John Hammond, dueño del parque confió en un actor con mucha trayectoria como
Richard Attenborough mientras que
Jeff Goldblum se puso bajo la piel del excéntrico
Dr. Ian Malcolm. Completan el elenco principal los entonces niños
Ariana Richards y
Joseph Mazzello como los nietos de
John Hammond,
Lex y
Tim. Son parte también del reparto
Samuel L. Jackson,
Martín Ferrero y
Wayne Knight (recordado por intrepretar a Newman en la serie Seinfeld).

Las apariciones de los dinosaurios en la película son estelares y provocaron mucho asombro en los espectadores. El primero en llevarse los aplausos es el brachiosaurus que se para en dos patas para llegar a arrancar con su boca las ramas más altas de un árbol mientras
John Williams contribuye con una composición magnífica para consagrar la escena como uno de los grandes momentos de la historia del cine. Más tarde, el que se hace desear es el tiranosaurio rex, que amaga con aparecer varias veces hasta que finalmente lo hace y se gana al público comiéndose al abogado, interpretado por
Martín Ferrero. Los velocirraptores son los verdaderos malos de la película y los que más miedo causan. En algún momento hacen saltar al espectador de su asiento con algún que otro susto apareciendo de golpe, pero finalmente son puestos en su lugar por el héroe de la cinta, el tiranosaurio.

Entre los elementos propios de la ciencia ficción, además de la experimentación genética y la vuelta a la vida de especies extintas, se pueden mencionar varias escenas en particular que hacen referencia a algo típico de cuentos o novelas del género: cuando los personajes se ponen a debatir o a explicar teorías científicas. Es así como vemos a
John Hammond hablando con sí mismo desde una pantalla explicando el procedimiento que utilizó para revivir a los dinosaurios, así como también a uno de los técnicos genéticos explicar qué método utilizan para controlar la población de animales. De la misma manera podemos mencionar el debate ético de los científicos con
John Hammond en el almuerzo antes de que todo se descontrole o como el
Dr. Ian Malcolm le explica la teoría del caos a la
Dra. Sattler ante la irritada presencia del
Dr. Grant.

No podemos dejar de mencionar la brillante composición de
John Williams, que es sin duda una de las mejores de su extensa y maravillosa trayectoria. No exageramos si decimos que se puede comparar directamente con obras de música clásica o de ópera. Si pudiéramos resumir en un solo tema este gran trabajo suyo, sin duda deberíamos escuchar la pista número 4 del soundtrack,
Journey to the Island, una especie de suite con las melodías que el espectador promedio más recuerda del film. Con esta gran obra,
John Williams hizo más que el soundtrack para una película, le regaló a los dinosaurios su propia música, la cual los acompañará por siempre.

El director, el guión, los efectos especiales y la música convirtieron a
Jurassic Park en un tanque que batió récords y llegó a recaudar u$s 920.100.000. Actualmente, está en la posición número 9 de la lista de las más taquilleras a nivel mundial de todos los tiempos.
Los efectos especiales marcaron un antes y un después. El mismo
George Lucas admitió que luego de ver
Jurassic Park, se convenció de que ya era el momento oportuno para ponerse a trabajar en las precuelas de
Star Wars debido a que la tecnología había avanzado lo suficiente como para poder plasmar en los fotogramas aquello que él tenía en su cabeza. Antes de
Jurassic Park, y a pesar del avance técnico, el cine aún estaba limitado por la tecnología y luego de la película de
Spielberg, la restricción pasó a estar en la imaginación del director (y el bolsillo de los productores, por supuesto).
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