Anna Paquin, amor vampiro
A los 11 años ganó un Oscar, se subió a un éxito mundial como el de X-Men y hoy su rostro vuelve a ser noticia en una serie televisiva donde los vampiros tienen un rol protagónico.
Sin dudas una actriz que no para de crecer y que continua en el sendero del éxito, en cada uno de sus trabajos tanto en televisión como en la pantalla grande.
Anna Helene Paquin nació el 24 de julio de 1982 en la ciudad de Winnipeg (Canadá).
Se la pudo ver por primera vez en la pantalla grande en la película The Piano, estrenada en el año 1993. En ese filme interpretó a Flora McGrath, compartiendo cartel con estrellas de la talla de Holly Hunter, Harvey Keitel y Sam Neill. Por su papel, Anna se llevó el Oscar a la mejor actriz de reparto.
En 1996 protagonizó Fly Away Home, junto a Jeff Daniels y tres años después participó en A Walk on the Moon.
En esos años obtuvo diversos papeles en cine y televisión, hasta que fue elegida para ser Rogue, para la película que llevaría a la pantalla grande el exitoso comic X-Men. Corría el año 2000 y Anna volvía a conocer el éxito, que se repetiría en las siguientes entregas de la saga de Bryan Singer: X2 (2003) y X-Men: The Last Stand (2006).
En el 2000 participó del filme Finding Forrester, protagonizado por Sean Connery. Ese año también tuvo un papel en Almost Famous . En el 2002 trabajó junto a Edward Norton, Philip Seymour Hoffman y Rosario Dawson en 25th Hour, una película que recibió excelentes críticas de los especialistas y del público. Ese mismo año protagonizó el filme Darkness.
En el 2008 se estrena la serie True Blood, donde Anna interpreta a Sookie Stackhouse, una joven con el don de leer la mente a los demás. Su vida cambia para siempre al conocer a Bill Compton (Stephen Moyer), un vampiro del cual se enamora perdidamente, a pesar de no poder ingresar a su mente como al resto de las personas.
La serie se ha transformado en un verdadero éxito y en objeto de culto, elevando la fama de Anna, que se ha posicionado como una cara muy conocida para las nuevas audiencias. Claro que eso se lo ha ganado a fuerza de buenas actuaciones y un duro trabajo en el set. Sin dudas, un talento a prueba de mordidas.
Sin dudas una actriz que no para de crecer y que continua en el sendero del éxito, en cada uno de sus trabajos tanto en televisión como en la pantalla grande.
Anna Helene Paquin nació el 24 de julio de 1982 en la ciudad de Winnipeg (Canadá).
Se la pudo ver por primera vez en la pantalla grande en la película The Piano, estrenada en el año 1993. En ese filme interpretó a Flora McGrath, compartiendo cartel con estrellas de la talla de Holly Hunter, Harvey Keitel y Sam Neill. Por su papel, Anna se llevó el Oscar a la mejor actriz de reparto.
En 1996 protagonizó Fly Away Home, junto a Jeff Daniels y tres años después participó en A Walk on the Moon.
En esos años obtuvo diversos papeles en cine y televisión, hasta que fue elegida para ser Rogue, para la película que llevaría a la pantalla grande el exitoso comic X-Men. Corría el año 2000 y Anna volvía a conocer el éxito, que se repetiría en las siguientes entregas de la saga de Bryan Singer: X2 (2003) y X-Men: The Last Stand (2006).
En el 2000 participó del filme Finding Forrester, protagonizado por Sean Connery. Ese año también tuvo un papel en Almost Famous . En el 2002 trabajó junto a Edward Norton, Philip Seymour Hoffman y Rosario Dawson en 25th Hour, una película que recibió excelentes críticas de los especialistas y del público. Ese mismo año protagonizó el filme Darkness.
En el 2008 se estrena la serie True Blood, donde Anna interpreta a Sookie Stackhouse, una joven con el don de leer la mente a los demás. Su vida cambia para siempre al conocer a Bill Compton (Stephen Moyer), un vampiro del cual se enamora perdidamente, a pesar de no poder ingresar a su mente como al resto de las personas.
La serie se ha transformado en un verdadero éxito y en objeto de culto, elevando la fama de Anna, que se ha posicionado como una cara muy conocida para las nuevas audiencias. Claro que eso se lo ha ganado a fuerza de buenas actuaciones y un duro trabajo en el set. Sin dudas, un talento a prueba de mordidas.
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